Aumentan los casos de paperas en Massachusetts

Algunos expertos dicen que el problema es que la vacuna no es 100% efectiva

El número de casos de paperas han alcanzado un máximo de diez años, según los Centros para el Control de Enfermedades. Casi todos los estados, incluyendo Massachusetts, habían confirmado casos en 2015.

Los CDC dijeron en la cuenta pasada a principios de diciembre, había aproximadamente 4,300 casos a nivel nacional. Casi triplicando el número de 2015.

Algunos expertos dicen que el problema es que la vacuna no es 100% efectiva y casi todo el mundo se está vacunando.

Los números obtenidos por NBC Boston del Departamento de Salud Pública de Massachusetts mostraron un caso de paperas reportado en el año 2000, pero hubo un salto significativo en el 2016 a 252 casos.

El doctor Daniel Kuritzes, jefe de división infecciosa en Brigham and Women's Hospital, dijo que algunos médicos están detectando la inmunidad de las vacunas contra las paperas y que las vacunas pueden no ser tan duraderas como se esperaba.

"No hay ninguna vacuna que va a ser 100% efectiva. Es aproximadamente el 85% de protección que es realmente bueno para una vacuna ", dijo Kuritzes.

La primera vacunación se administra a los 15 meses de edad, luego un segundo refuerzo entre las edades de 4 y 6.

Las paperas se transfieren fácilmente a través de la saliva y los pacientes sufren síntomas de gripe y glándulas inflamadas. El CDC dijo que los pacientes en brotes recientes habían sido inmunizados y se les dio un tercer refuerzo.

El doctor Kuritzes dijo que se necesita hacer más investigación antes de que se puedan hacer recomendaciones sobre si todos los adultos necesitarán ese tercer refuerzo.

Los brotes de paperas ha reavivado el debate de vacunación. El doctor Kuritzes ha dicho a los padres que deciden no inmunizar a sus hijos que la vacuna es segura.

"La historia de paperas es un ejemplo perfecto de por qué usted quiere asegurarse de que sus hijos están vacunados", dijo Kuritzes.

Hizo hincapié en que la mayoría de los adultos no recibirán la enfermedad porque no viven ni socializan en lugares cercanos. Buenas prácticas de higiene como cubrirse los estornudos y lavarse las manos ayudan en la prevención.

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