Surge nueva esperanza contra el Alzheimer

Surge nueva esperanza contra el Alzheimer

Un nuevo lote de medicamentos con el propósito de limpiar el cerebro de los pacientes de Alzheimer representa la mejor esperanza hasta ahora de frenar el avance de la enfermedad.

Pero ni siquiera están cerca de una cura, dicen los expertos. Tampoco están listos para el público.

Los investigadores admiten además que los beneficios que ven se limitan a números en una gráfica, no a algo que los pacientes o sus seres queridos puedan notar.

Los científicos dieron una reporte sobre las pruebas de tres drogas experimentales que usan armas del sistema inmune, llamadas anticuerpos monoclonales, para desactivar una proteína que obstruye el cerebro, llamada amiloide.

Creen que sus resultados muestran que las medicinas podrían funcionar si se usan en una dosis lo suficientemente alta y si tratan a los pacientes cuando la enfermedad está en sus primeras etapas, antes de que el daño cerebral sea demasiado grande.

El doctor David Knopman, de la Clínica Mayo, expresó que sabía que con los titulares sus pacientes le preguntarían dónde conseguir los medicamentos.

"Estos resultados no van a estar disponibles la próxima semana", lamentó en una conferencia de prensa. "De lo que estamos hablando es avances sólidos".

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Las tres drogas destacadas en la Conferencia Internacional de la Asociación del Alzheimer se llaman solanezumab, aducanumab y gantenerumab. Atacan específicamente a los amiloides.

Solanezumab, fabricada por el gigante farmacéutico Lilly, decepcionó a los pacientes, investigadores e inversionistas cuando no pareció ayudar a los enfermos en 2012. Pero la siguieron estudiando, tratando de ver si talvez ofrecía un pequeño beneficio cuando se entregaba temprano. Compararon a quienes recibieron la droga inmediatamente en la prueba con quienes tomaron placebo, al darles la medicina a todos los pacientes para ver si había alguna diferencia.

Encontraron una. Cuando miraron los resultados de las pruebas combinadas de memoria y pensamiento de todos los voluntarios tres años después, los que tomaron la medicina temprano parecían estar mejor. Los que la tomaron tarde no parecían estar progresando. Eso sugiere un beneficio pequeño, difícil de medir.

"Deberíamos pensar en estos medicamentos como una progresión más lenta de una enfermedad subyacente", dijo el doctor Paul Aisen, director del Instituto de Investigación terapéutica del Alzheimer en la Universidad del Sur de California.

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Los resultados de las pruebas no se traducen en cambios de vida cotidianos, explicó Aisen. "Las medidas cognitivas no tiene una relación directa con un beneficio clínicamente aparente", indicó a los reporteros.

"Vemos en casos no muy severos una ralentización de un tercio de su declinación".

A largo plazo, sin embargo, eso podría añadir más días viviendo en casa, por ejemplo, puntualizó.

"Los cambios que estamos logrando son modestos", señaló Knopman. "Por eso es necesario tratarlo realmente pronto".

Pero para solanezumab, Lilly tendrá que comenzar una nueva prueba clínica y pasarán años para obtener resultados.

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Aducanumab, también conocida como BIIB037 y fabricada por Biogen, parece estar sacando el amiloide del cerebro de los pacientes, indicaron los investigadores en el encuentro. También hay alguna evidencia de que esto podría mejorar los resultados de las pruebas en los pacientes que recibieron las dosis más altas.

Biogen está avanzando con el estudio de la fase III: la última etapa antes de pedir la aprobación de la Agencia de Alimentos y Medicamentos. La probarán en personas que tienen los primeros síntomas de Alzheimer o lo que se llama deterioro cognitivo leve: cambios en la memoria y el pensamiento que pueden llevar al Alzheimer.

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Los pacientes que estuvieron mejor en pruebas de memoria llamadas Puntuación de Demencia Clínica (CDR por sus siglas en inglés) y la Mini prueba del estado mental (MMSE), dijo el doctor Jeff Sevigny, de Biogen.

"Hemos observado una baja estadísticamente significativa, dependiente de la dosis, tanto en la MMSE como en la CDR", comentó.

Pero, de nuevo, no es algo que los pacientes notarían. Y no todos los expertos en Alzheimer están de acuerdo en que sacar el amiloide afecte a la enfermedad subyacente. "No podemos decirlo todavía" argumentó la doctora Rachelle Doody, de la escuela de medicina de la Universidad de Baylor.

Una cuidadosa mirada a los pacientes que tomaron gantenerumab, otro medicamento que fracasó en las pruebas, mostró que pudiera simplemente haberse tratado de que no se les dio suficiente, señaló el doctor Philip Scheltens, director del Centro del Alzheimer en el Centro Médico de la Universidad VU en Amsterdam, Holanda.

"Probablemente las dosis fueron demasiado bajas para ser clínicamente eficientes y efectivas", dijo. Pero un análisis mostró que estaba afectando a una proteína llamada tau, que algunas personas creen que podría causar Alzheimer y que indica daño celular en el cerebro.

Los investigadores deberán tener cuidado. Las dosis altas de las medicinas también causan inflamación cerebral, que podría indicar que están funcionando pero que pueden causar dolores de cabeza y mareos y que, en otras pruebas de drogas, fueron mortales.

"Los datos de estos nuevos análisis presentan posibilidades emocionantes y esperamos ansiosos, los resultados de futuros estudios en estas medicinas experimentales", expresó María Carrillo, directora científica de la Asociación del Alzheimer.

Los investigadores quieren dar esperanzas, tanto a los pacientes como a los inversores, para que continúen apoyando el desarrollo de nuevos medicamentos. Más de cinco millones de estadounidenses tienen Alzheimer, una cifra que la Asociación proyecta que se disparará a 28 millones de aquí a 2050.

La Asociación del Alzheimer está pidiendo al Congreso más fondos para investigaciones gubernamentales, que usualmente se dedican a las etapas tempranas, a las que las farmacéuticas suelen resistirse.

"Toma mucho dinero, mucho tiempo, llegar a eso", advierte Scheltens.

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Scheltens y otros expertos dijero que probablamente ninguna droga funcionará por sí sola. Al igual que con el cáncer y el virus del sida, probablemente se requerirá una combinación de medicamentos para ayudar, especificó. "Creo que el Alzheimer es una enfermedad muy compleja y que al final no tendremos un solo método para tratarla", agregó.

Hay un puñado de drogas para el Alzheimer en el mercado, todas aprobadas hace más de una década. Entre ellas, Aricept, Namenda y Exelon, que pueden tratar los síntomas por un tiempo pero no afectan a la enfermedad en sí.

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