Murray y Rivera: Facebook vs. realidad

BLACKSTONE - La aparente doble vida de Erika Murray queda en evidencia al comparar los que publicaba en su Facebook, cuya configuración de privacidad hacía que todos sus comentarios fueran visibles al público, sin por importar si se formaba parte de sus amistades.

En su perfil todo luce normal con los típicos post de una madre que disfruta el ver crecer a sus dos hijos, los que ella dejó ver a la luz pública y no los otros 5 que está por confirmarse que le pertenecen, 3 de ellos hallados muertos en su casa.

Aunque la página ya no está accesible al público antes de ser cambiada su privacidad se leía que estaba "en una relación desde el 23 de junio de 2000".

Hay fotos de sus dos hijos mayores y los triviales comentarios sobre el trabajo y su vida maternal.

"Me molestan los lugares repletos de gente. Tuve a Kayla a los 18 y a Nick a los 21 y son mi más grande logro. La mayor parte del tiempo me traen la mayor felicidad. Disfruto estar sola, aunque mi familia significa el mundo para mi. Deseo que no me importara tanto lo que otros piensan de mi y cómo hago las cosas. Algo en lo que necesito trabajar", dice en este post publicado en noviembre pasado, cuando presumiblemente ya estaría embarazada de la bebita que hoy tiene casi 6 meses.

El 29 de agosto, justo el día después que la policía fue por primera vez a su casa, Murray publicó en su página de Facebook: "Soy tan fancy", haciendo referencia a la canción de Iggy Azalea.

El 17 de agosto, ella compartió una foto de un niño de de 2 años desaparecido en el oeste de Filadelfia.

El 3 de agosto, se registró, "Muy, muy triste" comentó tras saberse la noticia del ahogamiento de niño de 4 años en el río Blackstone.

Murray publicó un enlace a una página para recaudar fondos, diciendo, "Ningún padre debería tener que perder a su hijo".

Las fotos del árbol de Navidad, de las comidas que ella hornea o cocina y el olor de un pavo cocinado para Acción de Gracias aparecen entre las notas sobre buenas calificaciones de los niños.

Publicó sobre viajes con sus dos hijos a la Wright's Farm, cosechando manzanas con su novio y sus dos hijos.

Pero lo que más llama la atención es una actualización de estado en junio pasado diciendo que "algunas personas no deberían ser padres!".

Aparentemente felices

Todo empezó hace más de una docena años cuando Erika Murray y Raymond (Ramón) Rivera se conocieron mientras trabajaban en un McDonald's, según reporta el Boston Globe en su edición dominical.

Una historia marcada por los problemas económicos comenzó cuando a los 18 años Murray dio a luz a su primer hijo e incapaces de mantenerse económicamente, se mudaron a la casa de los padres de Murray y ocuparon el dormitorio de la infancia de ésta, de acuerdo a lo que dijo el abogado de Murray al Boston Globe.

Unos tres años después, cuando la pareja estaba esperando su segundo hijo, se mudaron al hogar de Blackstone en St. Paul Street, que era propiedad de la hermana de Rivera.

Durante este cambio, alrededor de 2004, eran conscientes de que la familia se preocuparía por su capacidad de criar a dos niños, incluso después de que Rivera obtuvo un puesto de ventas en el Staples.

Durante dos años, la hermana de Rivera también vivió en la casa, pero se mudó alrededor de 2006.

Un caso cerrado, otro oculto

Un año más tarde, el Departamento de Niños y Familias visitó la casa, después de recibir una queja sobre las condiciones en el interior. Personal de la Agencia recomendó algunas mejoras, pero no encontraron que los dos niños en la casa pudieran estar en peligro y cerraron el caso.

No está claro cómo se desarrolló la vida de la familia en los próximos años y si algunos de los bebés muertos, que fueron encontrados la semana pasada en la casa, nacieron durante estos años.

Sólo se sabe que alrededor de 2011, una niña nació, un evento que inició la necesidad de Murray para mantener una existencia dual: Su imagen alegre como una madre devota con mensajes de Facebook que mostraban a dos niños en edad escolar con sus disfraces de Halloween y los uniformes de la escuela recién comprados, y otra mujer que luchaba, sin éxito, con una vida privada más oscura, indicó el Globe.

"Su vida se volvió mucho más aislada después del nacimiento del niño que hoy tiene 3 años", dijo su abogado.

Un trabajador del equipo de limpieza que se encontraba en la casa esta semana y pidió permanecer en el anonimato, afirmó que las condiciones allí "me rompieron el corazón". Añadió que casi todos los metros cuadrados de la casa estaban cubiertos de basura, por lo que tuvo que preguntarse acerca de la mente de la mujer que supervisó ese hogar.

Salir de la viiviendo se dio cuenta de un pequeño cartel de madera que adorna un área por encima de la cocina. Decía: "Mamá número 1".

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