No cumple con demoler “casa del horror”

BLACKSTONE - La dueña de la casa en la que se encontraron los restos de tres infantes no ha respondido a una orden de demolición en el plazo establecido.

Kristina Rivera, de Woonsocket, Rhode Island, tenía hasta el miércoles para presentar a la ciudad de Blackstone un plan para demoler la casa, pero no lo hizo.

La ciudad ahora tomará medidas para demoler la casa. El Presidente de la Junta de Salud, William Walsh y representantes de empresas de demolición llevarán a cabo un recorrido de la propiedad este jueves para determinar el costo y la estrategia para derribarlo.

La ciudad pondrá un gravamen sobre la propiedad para recuperar el costo, que se espera sea por lo menos 12,000 dólares.

La ex residente de la vivienda, Erika Murray, se encuentra detenida sin derecho a fianza por cargos que incluyen el ocultamiento de la muerte fetal. El hermano de Rivera es pareja de Murray y también vivió en la casa.

Los funcionarios de salud de Blackstone votaron el martes de la semana pasada a favor de la demolición de la casa donde se encontraron a cuatro niños que vivían entre condiciones deplorables.

La Junta de Salud ordenó que la casa en 23 St. Paul Street, donde se encontraron también tres bebés y varios animales muertos a principios de este mes, sea destruida en un lapso no mayor de siete días.

La dueña de la casa estaba obligada a cumplir con la medida. El inspector de salud de la ciudad dijo que dejar la vivienda en pie sería "dejar una cicatriz en la psique de la vecindad".

Los cuatro niños vivían entre insectos, esqueletos de animales y montones de pañales sucios. Unas condiciones de inmundicia que la policía calificó de deplorables.

Erika Murray, de 31 años de edad y madre de los niños se ha declarado no culpable de los distintos cargos que enfrenta entre ellos el ocultamiento de la muerte de un feto, intimidación de testigos, dos cargos de permitir un perjuicio grave a un niño y crueldad animal.

Abogados defensores de Murray alegaron que ella podría tener algún tipo de trastorno de salud mental. "Solamente una persona enferma mentalmente puede vivir en la podredumbre", alegaron.

Sin embargo no hubo un requerimiento formal de hacerle una evaluación psiquiátrica, ni tampoco aún nadie ha sido acusado de homicidio. Ella está detenida sin derecho a fianza.

Los niños que vivían en la casa tenían entre 5 meses y 13 años.

La primera mujer que llamó a la policía al ver a los menores desatendidos en la casa dijo que encontró a dos niños "completamente cubiertos de heces".

Equipos de limpieza pasaron 90 horas descontaminando la vivienda.

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